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LA LUZ AL FINAL DEL CAMINO

Actualizado: 14 abr 2021

Escribe Jorge Alvitez

En este post les contaré un poco sobre mi experiencia en la facultad, que cosas me costaron al inicio y como encontré la luz al final del camino. Siempre reconocí ser alguien que prefería la práctica a las cuestiones conceptuales o teóricas, he ahí el conflicto de esta historia.

 

Inició el primer ciclo. El profesor de Economía 1 preguntó “¿por qué escogiste economía?” – no miró hacia mí – y ahí estaban mis compañeros respondiendo : “quiero acabar con la pobreza en el Perú”, “Quiero hacer algo por mi país”, etcétera. La respuesta que yo habría dado: “Me gusta el título de economista, suena bacán” o “No ingresé a la facultad que está detrás del rectorado”.


El hecho es que no estaba seguro por qué estaba ahí, me gustaban las matemáticas (escuché a alguien decir que era importante para estudiar economía), además me gustaba el tema social y quería saber cómo podría ayudar a mejorar la calidad de vida de mis vecinos como lo hacía mi papá. Crecí viéndolo como dirigente de mi barrio y veía como se esforzaba para que tengamos acceso a los servicios básicos (por esos años no había agua y solo unos pocos tenían luz).


Tenía plena confianza en que iba a aprender cómo funcionaba el gobierno, de qué manera mejoraban el bienestar de su población y sobre todo en que basaban sus decisiones de política. Al menos eso pensaba en el primer ciclo.


Pues los 3 primeros años no pasó nada eso, al menos no como yo me lo esperaba. Nos sumergíamos en temas teóricos y modelos altamente formalizados. Las cuestiones que suponía aprendaríamos de forma lógica ya estaban escritas como reglas establecidas y nosotros solo teníamos que memorizarlas. Los ejemplos escritos en los manuales de economía eran de otros países, principalmente de EE.UU. “¿Por qué aprendíamos de la lógica aplicada para otro país y encima uno muy lejano de nuestra realidad?”, me lo repetía cuando tenía que estudiar para algún parcial o final.


No me malinterpreten, me fascinaba la idea de poder explicar las relaciones que existen en la economía y cómo es que esas relaciones se expresan en una ecuación matemática. Es casi mágico, si me lo preguntan. Aunque disfrutaba bastante aprendiendo la lógica de los modelos económicos, me molestaba que solo nos dedicáramos a estudiarlos y no a aplicarlos a nuestra realidad. La verdad es que por esta razón me desanimaba algunas veces, aún no veía lo que yo quería aprender en concreto y no estaba seguro de cómo iba a aplicar estos modelos cuando trabajara.


Llegó el momento de la temible econometría. Escuchaba en los pasillos de la facultad que era extremadamente difícil. Lo que me pareció tedioso fue la parte abstracta del curso: la teoría, el álgebra matricial, las demostraciones de los supuestos, etcétera. Lo hermoso: ¡la parte práctica! ¡Por fin! Fue mi primer acercamiento a la aplicación de la teoría a la realidad. Ese curso me enseñó cómo es que los economistas trabajan.


A partir de ahí ya podía visibilizar una luz al final del camino. El cuarto año me enseñó lo que quería saber desde el principio. Desde organización industrial y derecho económico – cursos esenciales si quieren dedicarse a regulación – pasando por formulación y evaluación de proyectos sociales hasta metodología de la investigación, que es el corazón de toda carrera profesional.


El curso de proyectos sociales fue el que me señaló el camino, es todo lo que yo creía que era la economía y lo que quería aprender inicialmente. Se los comento a grandes rasgos, aprendí como es que el gobierno asigna presupuesto para cerrar brechas en la sociedad (esto es lo que yo entendía como “mejorar la calidad de vida de mis vecinos” cuando recién comenzaba en la carrera) y cómo se toman las decisiones de hacer estos proyectos.


Mi consejo para los que recién empiezan la carrera y se sienten muy poco motivados por la teoría económica y sus modelos o si les gusta, pero sienten que necesitan ver cómo es que los economistas utilizan todo ese conocimiento para su trabajo busquen tesis o papers en internet. Por ejemplo, busquen “IS-LM, paper” y uno de los primeros resultados es una aplicación para México.


No se desmotiven por la complejidad de algunos cursos o por el contrario, si es que sienten que alguno de ellos no les va a servir, la realidad es que cada curso contribuye de alguna manera a nuestro desarrollo personal y profesional. La economía es una ciencia muy compleja y hay infinidad de cosas a las que te puedes dedicar. ¡Ánimo!

 

*La imagen es de mi participación en el 1er concurso de Valorización de empresas organizado por CEFIMEC. Otro consejo que les puedo dar es que busquen actividades extracurriculares de su interés, les prometo que conocerán personas muy valiosas que aportarán a sus vidas como no tienen idea.


349 visualizaciones1 comentario

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1 Comment


20141112
May 18, 2021

Muy buena información colega, podría decir que he tenido la misma sensación a lo largo de la carrera, desde ingresar a "economía" solo porque sí, sin saber de que trataba, luego estudiar historia u otros temas en vez de estar repasando para mi parcial de microeconomía, y finalmente encontrar lo interesante que es la econometría o la organización industrial que a pesar de ser cursos pesados, sentí que me permitían ver la realidad y la belleza de la economía por fin. Creo que también habría que destacar la magia de ciertos profesores que logran motivar a seres inertes en la carrera y que a través de la pasión y/o gran manejo de sus temas nos devuelven la vida y la esperanza…

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